Hay momentos silentes en nuestro bregar. Etapas que no quieres recordar, episodios complejos de enfrentar, pero que no puedes pasar por alto cuando te acercas de manera auténtica a tu propia vida.
El año 2016 representó uno de esos capítulos oscuros y cuando estas fechas se acercan, el sentimiento me traiciona. Algo me empuja a rendir memoria a una personita, cuya pérdida debilitó los pilares que sustentaban la armonía familiar.
Desde mi espacio y los medios que tengo, escribir no me supone esfuerzo alguno. De hecho en mis cuadernos relaciono todo: historias de viajes, reseñas de libros, encuentros con personajes que me marcaron o simplemente doy cuenta de mis propias emociones.
Pero, hablar de Marlon, ese sobrino que perdí ocho años atrás, supone involucrar la emoción con letras mayúsculas. Cuando se trata de contar una parte de tu vida que dejó marcas, hay que decir que el acercamiento es mucho más audaz.
Para nada se trata de un pasatiempo. Sacar a la luz eso que está atrapado hace que el recuento sea difícil. El ejercicio te lleva a penetrar dentro, enfrentar temores y revivir episodios con los que no te quieres topar.
Dar permiso a la imaginación para salirse del guion y entregar algo más diverso y valedero, algo más mío, es lo que más amo de este blog.
No seguir una estructura, me hace volar y recrear acontecimientos. En ocasiones, abrir una página dolorosa como esta.
Soy una de tres hermanos nacidos en Cuba cinco décadas atrás en el entorno de una familia común, marcada por un estrecho vínculo, donde las partes eran un todo, significaban el todo.
Habíamos criado a nuestros hijos como hermanos y esa era la única posesión de valor que atesorábamos.
Cada uno en su momento fue cruzando el mar para hacerse de un futuro, para seguir la vida en otras tierras, pero el afecto no cambió. En el duro bregar de los emigrantes, los niños se hicieron adolescentes y luego jóvenes sanos y bendecidos.
Se llevaban pocos años de diferencia entre ellos. Marian fue la primera en adornar nuestro mundo con su muñeca Carona y ese temperamento sensible, bueno, pero a la vez firme para sostener la batuta de aquella comparsa.
Luego llegó Marlon, con su patita envuelta en yeso, la música en el corazón y aquella sonrisa alegre que se perdía en sus ojos chinos.
Y más tarde Alex, con su refinado gusto, aquello de imitar a los raperos y cargar en su cuello de cuanta cosa encontrara a mano.
Después, poco a poco, se sumaron Martín y Jadson, los inteligentes y prometedores hijos de Mayte y Alain.
Hablar de la trágica partida de uno de ellos una madrugada del mes de mayo de 2016 supone una de las misiones más tristes, porque ese hecho fue como un rayo que dividió en dos mitades nuestras vidas y las marcó para siempre.
Todavía no sé cómo nos fue otorgada la fuerza para llevar la oscura tragedia con su luz en el corazón. Pasamos todas las etapas que vinieron después aferrados a la mano de Dios, porque de otro modo no hubiese sido posible.
Le oramos, le cantamos, le bailamos, buscamos sus señales en las mariposas que vuelan a nuestro alrededor, brindamos a su salud y le hablamos de todos nuestros proyectos, conscientes de que él vive en espíritu a nuestro lado.
Hoy seguimos caminando por la fortaleza divina, nos decimos que su partida se adelantó para iluminar nuestra senda, lo pensamos con toda la protección a su alrededor, pero su ida supuso el episodio más convulso que tuvimos que enfrentar.
Convivir con la pérdida fue duro. Rememorar lo que significó es remontarse a un momento oscuro, de mucho vacío. Al desentrañar esa parte que permanece como agazapada, hace que salten dolores y tristezas por igual.
Pero, no hay manera de sanar si no lo haces, si no reconoces tu propia verdad, le plantas cara y haces que el proceso resulte liberador; si no desnudas por medio de las palabras las oscuridades que puedan anidar en tu alma.
Tanto como de las cosas buenas, es preciso hablar de aquellas que dejaron huellas, porque, al hacerlo, generas una especie de tolerancia hacia ti mismo.
Hoy llevo su recuerdo a cada uno de mis viajes, a todos los lugares que él también moría por pisar y prendo una velita en cada rincón sagrado donde tengo oportunidad de llegar para que sienta que en este plano alguien puede cumplir esos sueños.
Como soy consciente que cada paso deja una huella sin importar lo pequeña sea, esta semblanza es para él. Es la forma que tengo de decirle lo mucho que agradezco su paso por nuestras vidas y que el poco tiempo que estuvo en ellas fue un soplo de aire fresco.
Sobrevivirlo nos hundió, nos hizo hasta perder el rumbo en ocasiones, pero de aquello también salimos restaurados, llenos de paz y con su música en el corazón.
Sissita muchas gracias !!. Tú sabes que le has hecho honor con esas palabras tan lindas y merecidas .. que te salen del corazón.. Ese era mi niño !!. Especial !.
Que hermoso escrito !!. Estoy emocionada !.. y te doy muchas gracias por hacerlo .. Al pasar el tiempo y mi conexión con Dios .. pude darme cuenta .. que su pérdida que a la vez es vida eterna .. era un propósito que Dios tenía para bendecir a toda nuestra familia ..
todos somos bendecidos !. Gracias Señor por bendecirlos ! Te quiero mucho hermana, fuiste como una madre para el ..❤️
Mi estimada sisi te entiendo lo que nos quieres compartir la verdad son cosas tan difíciles de sortear que no te podría explicar pero se tiene uno que hacer fuerte y seguir adelante y recordarlos con mucho amor
Sin palabras ! Siempre en nuestros corazones y presente ❤️❤️❤️ ! Lo amaremos por siempre ❤️
Sin palabras ,es lo más lindo salido con mucho amor de tu corazón,un bonito homenaje al paso por nuestras vidas de un Angel bello,a pocas horas sin duda, del día más triste y de más dolor para nuestra familia. Gracias a Dios por ayudarnos a sobreponernos a este momento y poder seguir adelante,más unidos y amándonos como la verdadera familia q somos acompañados siempre de su alegría de su musica y de su luz por siempre en nuestros corazones .