Un poderoso momento galáctico ocurrió este jueves cuando el sol, la Tierra y Sirio se alinearon para abrir el portal más poderoso del año, un ciclo ideal para atraer abundancia y conectarse con la espiritualidad en el ámbito astral y místico.
El portal 888 (como se le suele decir a la conjunción que forman el día, el mes y la suma de los dígitos del año) generó una fuerte expectativa por la apertura de puertas energéticas que favorecen la conexión con el universo y facilitan la manifestación de nuestras intenciones.
Este día se abrió una excelente posibilidad para sincronizar con frecuencias galácticas más elevadas que ayudan a transformarnos y permiten que los códigos de luz entren a nuestro interior para mejorar la vida.
Fue un momento propicio para darle forma a nuestros sueños y deseos, para empezar un nuevo objetivo, crecer personal y espiritualmente, permitiendo que la energía positiva fluya hacia nuestras vidas.
La alineación astronómica que hizo el sol con la estrella sirio provocó, según los entendidos, un flujo poderoso de energía que se conoce desde tiempos antiguos y que tomaron en cuenta culturas antiguas a la hora de predecir fenómenos naturales.
El ocho es la insignia del infinito, del ciclo cósmico que indica poder ilimitado y universal.
Se relaciona con la fuerza interna, la valentía y la abundancia. La triple repetición de este número amplía esas características regalando un escenario optimista para manifestar anhelos.
Su diagrama, con sus curvas sin fin y sus dos mitades perfectas y entrelazadas, representa la circulación interminable de la vida; un canal vibratorio que no tiene principio ni fin, afianzando la idea de lo eterno, del equilibrio y la armonía.
Muchas personas se conectaron con esa fecha, porque sea cual sea la energía y la vibración que la rodea, siempre representa una oportunidad para agradecer, manifestar tus más grandes deseos al cosmos y reencontrarte con tu esencia divina.
Los portales establecen un puente directo entre la Tierra y el universo. Son sinónimo de manifestación, guías para conectar. De día y también de noche, la alineación te permite hacer esa mirada buscando ese punto del cielo, donde también yo me encontré con la luz de Sirio.
Sus códigos luminosos llegaron también a mí porque esa misteriosa estrella que domina la bóveda celeste ha sido mi faro y guía durante mucho tiempo.
Ella es traducida como “aquella que brilla” y no es casual que se le conozca así desde la antigüedad.
Durante siglos sirvió como referencia para los navegantes por ser uno de los cuerpos celestes más luminosos del cielo. No es de extrañar que viajeros como yo la usen para orientarse en sus noches de infatigable búsqueda.
Ubicada a la izquierda y debajo del Cinturón de Orión a solo 8.6 años luz de la Tierra, ella es la quinta estrella en orden de cercanía que se conoce y ha tenido un peso en el mapeo astronómico desde hace miles de años.
Su fulgor único la lleva a ser identificada fácilmente y cuando en épocas antiguas aparecía en el firmamento era el mayor símbolo de esperanza. Los egipcios se alegraban de verla aparecer porque su aparición tenía que ver con la oportuna crecida del Nilo y con la prosperidad de sus cosechas.
Para ellos era la estrella más importante del cielo, cuya luz y alineación tuvieron en cuenta para la disposición de pirámides y templos, donde descansaban los grandes faraones. Ellos creían que algo divino estaba detrás de la abundancia de sus cosechas.
Con el portal 888 la visualicé en detalle, porque a lo largo de la historia ella ha tenido un papel significativo en el conocimiento básico de los seres humanos, en la elaboración de calendarios y en la medición de distancias estelares.
Como tantas noches, el espectro de Sirio me acompañó. Y si hoy me permito hablar de eso es porque ese punto luminoso del firmamento ha tenido una relación especial con diferentes civilizaciones y pueblos a lo largo de la historia.
Es una estrella mágica que puede observarse desde cualquier lugar habitado del Planeta y su brillantez la hizo importante en la historia y cultura de la humanidad. Es el ojo que nos mira desde el cielo.
En el imaginario indígena la encontramos como un gran ojo que simboliza lo divino y como un perro que avisa de que llega el calor y ayuda a cazar a su amo Orión.
Medité bajo su luz, pero también lo hice en la mañana con los rayos del sol. El acto llevó a una liberación personal, que arrastraba conocimiento y verdad. De todo eso emergía sabiduría ancestral.
Cargué mis energías y agradecí al universo y a Dios porque abriera ese portal, que no se repetirá hasta el año 2033.
También porque me hiciera recordar cómo ese punto centelleante alineado con el sol y el planeta Tierra tenía que ver con la completa conexión que sentía yo con la tierra, el mar, el viento y el universo.
Desde que era una niña no había dejado de buscarla. No sabía por qué unas estrellas brillaban más que otras, ni me explicaba muchas cosas del mundo. Pero si tenía claro que había sido ese cuerpo celeste el que despertó mi interés por encontrar otras respuestas.
Fue Sirio el que estimuló al creador de Pinocho y permitió que un tronco de madera se convirtiera en una marioneta y, finalmente, en una persona real. Y también fue el que dio luz a la hermosa lección de ese cuento: “El camino correcto se alcanza a través del conocimiento y la sabiduría”.
Muy interesante este artículo me ha proporcionado datos sobre este tema q no era del todo ampliamente conocido por mi .
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