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Las aguas del Titicaca son el misterio de los Andes.

  • Foto del escritor: Sissi Arencibia
    Sissi Arencibia
  • 11 abr 2024
  • 4 Min. de lectura



Las leyendas de los pueblos son tan emotivas que siempre dedico parte del tiempo a considerarlas. Traer al relato las del antiguo Perú supone ir a las crónicas de Garcilaso de la Vega, quien situó el origen de los incas en las espumas del lago Titicaca.


Fue de allí de donde emergieron Manco Capac y Mama Ocllo, descendientes del rey sol, para encontrar el lugar indicado donde asentar el reino del Cusco, sede del imperio de los grandes soberanos de los Andes y de las costas del Pacífico.


De tal suerte que la fundación de esa esplendorosa civilización, una de las más grandes y antiguas del continente y cuyo nombre ha pasado a la historia, está ligada a la existencia de ese lago, de donde ellos creían partió la creación de lo que había en su mundo.


Titicaca es un lago navegable de origen tectónico que se formó durante la era terciaria debido al hundimiento de una parte antigua de la meseta andina, cuyos límites son compartidos hoy por Bolivia Y Perú.


Sus afluentes nacen en las cumbres nevadas de los Andes, donde unos 25 ríos vacían sus aguas en esa cuenca lacustre, la más grande de América del sur y la de mayor altura de su tipo en el mundo.


Su existencia parece irreal. Tiene la dimensión de un mar y se ubica a una altura –cerca de cuatro mil metros-, donde solo se esperaría que hubiese picos nevados. Es un lago de aguas calmas, profundamente azules, que parece no terminar.


Cuando estás en él el magnetismo es con mayúsculas, porque está sobre uno de los vórtices energéticos de la tierra.



A veces llego a sitios y siento que me despegan de la realidad. Titicaca fue uno de ellos. Tal vez, porque desde tiempos inmemorables, esta enorme porción de agua tuvo un impacto místico.


Todos los que se dispusieron a conquistar los Andes querían llegar allí, porque en sus aguas nacieron las divinidades en las que se basaba la dinastía inca y en sus orillas se asentaron diferentes culturas hace miles de años.


Las crónicas que llegaron a nuestros días envuelven de leyenda el origen de ese lugar donde se cuenta que antiguamente se asentó una ciudad próspera, cuyos habitantes desoyeron los vaticinios sobre una gran destrucción, augurada por tribus vecinas.


Provocado por un terremoto, el siniestro agitaría las aguas del mar y provocaría una inundación tal que pondría la ciudad en peligro. Lo serio de aquel aviso no fue escuchado más que por los sacerdotes del pueblo.


Cuentan que abandonaron la ciudad y se retiraron a un templo en la colina, donde vivieron como ermitaños. Fueron los únicos que quedaron para atestiguar el momento en que la tierra se abrió, desviando cauces y arrastrando todo el asentamiento a su paso.


Dicen que solo se salvó un pedacito que hoy se conoce como la Isla del Sol y los profetas, de quienes nacieron los callahuayas, esos sabios habitantes del altiplano, famosos por sus habilidades con las hierbas y la curación.


De tal suerte que se considera que el lago nace de una historia de arrogancia, pero también está en el universo mítico de los incas, ese imperio que tomó el conocimiento anterior, lo combinó y lo tradujo en una administración eficiente y una ingeniería poderosa.


Con el paso de los años, muchos estudiosos se preguntaron cómo esa civilización (que anexó a más de cien pueblos) pudo someter a las regiones periféricas a la capital de su imperio.


A través de cientos de incursiones en Titicaca, determinaron que la ocupación de lugares como estos fue posible gracias al propósito de los incas de crear un mundo ideal que unificara todos los pueblos conquistados en los santuarios de los Andes.


Gracias a una estrategia de apropiación cultural, que no implicaba forzar a los pueblos a cambiar de dioses, ni de creencias, sino de asimilarlas todas, pudieron perpetuar su dominio en esta apartada región, a unos mil kilómetros de Cusco.


Un proyecto de investigación en el lago determinó la presencia de unos 30 cofres trabajados en piedra en el fondo de los arrecifes, cuya data es de 500 años y cuyo estilo coincide con la cultura incaica.


Hechos de roca volcánica y cuidadosamente colocados en los fondos del Titicaca, los cofres contienen una especie de laminillas de oro dobladas junto a una estatuilla camélida tallada en una concha.


Se estima que las primeras son una réplica en miniatura de un  brazalete o pulsera que portaban los nobles incas y las segundas una figura en forma de llama para representar la figura femenina, y con ambas perpetuar el origen de la dinastía: la pareja original de los incas.


La ofrenda ritual, diseñada para resistir sumergida durante siglos, se encontró en el arrecife de Kakaya, en la costa oriental del lago, un lugar de peregrinación importante para los incas y un eje lleno de ritos y centros ceremoniales.


Se estima que las culturas preincaicas tenían por costumbre sumergir objetos de culto en las profundidades del lago y estas prácticas fueron adoptadas y multiplicadas por la más grande civilización del Perú.


De esta forma se ha demostrado que la religión jugó un papel clave dentro de la expansión inca por el territorio y que ésta los llevó a apropiarse de los lugares sagrados más antiguos, con una política conciliadora.


Tanto las riberas como las profundidades del lago Titicaca son un misterio para la ciencia. Allí se han encontrado ciudades en piedra con monolitos, puertas y calendarios de los más antiguos de la historia.


Y es que para los oriundos del altiplano las piedras, al igual que las montañas y los ríos tienen un alma y quien quiera acercarse a ellas debe hacerlo con respeto.


Al eternizar en piedra su ideología sobre el mundo andino, los incas dejaron un mapa grande e interconectado que se nos va revelando de a poco a través de esas incursiones, cuyo objetivo es devolverles su propia voz.

 

 

2 comentários


Joaquin Uscanga
Joaquin Uscanga
18 de abr. de 2024

Como siempre mi sisi hermoso e ilustrativo lo que nos compartes y bueno que decir de estos hermosos lugares gracias en verdad por compartir con nosotros esto

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estrehernandezfuentes
17 de abr. de 2024

Muy completa esta publicación con un interesante contenido lleno de historia y ,acompañado de impresionantes fotos q muestran a una de las maravillas naturales del mundo dignas de recordar

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Sobre este blog

Mis pasos han tenido la suerte de andar muchos caminos. Algunos con curvas que me hicieron caer; otros filosos en los que superé pruebas dolorosas y muchos gratificantes, que me llevaron a cumplir el sueño de explorar el mundo. Leer más.

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