top of page
Foto del escritorSissi Arencibia

La medición de la Tierra fue un aporte de Francia.



La medición de la tierra fue de los más grandes aportes de Francia a la humanidad.


Las colosales expediciones científicas partieron de París en 1735 rumbo a lo que entonces era el virreinato del Perú y un año más tarde a Laponia, Finlandia, para tomar medidas y redefinir la forma de todo el Planeta.


A través de la estimación de un arco en el meridiano terrestre (circulo imaginario que pasa por ambos polos), ambas misiones debían completar los datos necesarios para medir la verdadera forma de la Tierra, cartografiarla y calcular las distancias astronómicas.


Los primeros viajaron a la línea del ecuador y los segundos a una zona cercana al polo norte.


Poco se habla de estos temas, pero cuando te acercas a un país como Francia sientes que son demasiados los detalles que la hicieron relevante como nación. Y hay algunos como este, que no pueden ser eludidos por su significado en la época.


Medir la Tierra fue un resultado de la Ilustración, un movimiento que se desarrolló entre los siglos XVII y XVIII y que terminó abriendo las puertas a la cultura, a la ciencia y a la razón como concepto supremo del pensamiento.


Para montar los triángulos de medición, los científicos debieron atravesar el Amazonas, trepar los Andes y subir algunas de las cimas más altas del mundo. Debieron estar durante nueve años expuestos al frío, a la nieve, a los vientos.


Pero gracias a esas misiones geodésicas se confirmó la teoría del inglés Isaac Newton de que la tierra era ensanchada en la zona ecuatorial y achatada en los polos. Una discusión que hasta entonces dividía al mundo entre las teorías de Newton y Descartes.


Con la medición de la línea imaginaria llamada equinoccial, se puso fin a la polémica. Ese trabajo incluyó la medición del campo gravitatorio externo de la tierra, la superficie del fondo oceánico y la posición de la tierra en el espacio.


Gracias a ella se pudo establecer además, a nivel global, el sistema métrico decimal, que revolucionó la ciencia y el comercio internacional.


Aquellas labores sobre el cuadrante terrestre posicionaron al país que hoy conocemos como Ecuador. Lo sacaron de las montañas y de su aislamiento y lo convirtieron en centro del mundo.



En las afueras de Quito, un monumento recuerda el logro de aquella empresa.


La expedición geodésica fue uno de los rostros de la Ilustración, donde la mente estaba abierta a todo progreso.


Ella dio pie a una avalancha de misiones científicas a gran escala que rescribieron nuestro entendimiento del Planeta.


Fue, digamos el pie para la misión botánica que posteriormente ayudaría a entendernos como geografía. Aprenderíamos a mirarnos a través de ellas y a sentir el orgullo de pertenecer a una tierra tan rica y fantástica.


La historia de todos aquellos científicos que llegaron con compases a ver dónde estaba la mitad del planeta cambió la idea de antaño de la tierra vista como espíritu sagrado, a un mecanismo que puede entenderse con leyes naturales.


Y todo esto fue gracias a un despertar, a un tiempo donde el hombre miraba al mundo con extrema curiosidad, al punto de medir las latitudes, las longitudes y querer ubicarse en el punto más alto de la gloria científica.


Por eso siempre habrá que mirar a París. En sus tiempos ella fue definida como el corazón del mundo, porque de ella salieron hombres brillantes, entre matemáticos, cartógrafos y exploradores.


Hasta Simón Bolívar, el libertador de América, buscará en el siglo XIX las huellas de La Condamine y de Humbolt en su ascenso al Chimborazo, una montaña de más de seis mil metros de altura que tiene la huella de estos grandes hombres.

45 visualizaciones1 comentario

Entradas Recientes

Ver todo

1 Comment


estrehernandezfuentes
Jul 13

Muy atractivo este tema para mi, el argumento q desarrollas en cada uno de tus publicaciones siempre se vuelve interesante para todos los q te seguimos .

Like
bottom of page