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Foto del escritorSissi Arencibia

La garra charrúa está en el sustrato histórico de Uruguay.


Llegué a Montevideo en un barco desde Buenos Aires. Vine por el río la Plata hasta la tierra del este, esa que se encontraba en la banda oriental del virreinato en la época en que Artigas se levantó en armas para liderar la independencia de la nación.


Siempre me produce mucha emoción llegar a cualquier país y sentir su pulso, andar por sus calles, degustar su comida, pero también poder imbricar las piezas que le dieron luz a su historia como nación.


En medio de la plaza central un monumento recuerda al libertador José Gervasio Artigas y por ahí me dispuse a tirar del hilo para entender como esta pequeña porción del mapa pudo desintegrarse del virreinato del río La Plata, al que pertenecía en 1766, y emprender una nueva historia de vida.


El militar es recordado en ambas márgenes del afluente por liderar el levantamiento oriental en 1811, una faceta de lucha que culmina en 1828 con la firma del tratado de Montevideo, donde Buenos Aires y Brasil reconocen la independencia de Uruguay.


Artigas es el héroe nacional y se le considera el Padre de la Patria, porque luchó por el derecho a existir como nación.


Y esa frase está como acuñada en cada uruguayo.


El himno del país y el llamado de “Orientales, la patria o la tumba”, recuerdan las cruzadas contra el dominio portugués, español y la reivindicación de los derechos a ser tenidos en cuenta dentro del contexto sudamericano.


La historia de esta demarcación hay que traerla al relato porque ella nos lleva a entender y a resumir de donde nace el alma de la nación, a entender sus pueblos, la fusión de estilos y las raíces culturales.


Las guerras que se libraron en la banda oriental durante la conquista fueron heroicas y desgarradoras. Ellas marcaron una línea de intereses que marcharon en paralelo desde la fundación de Colonia del Sacramento en 1680 por los portugueses y la de Montevideo en 1726 por los españoles.


No hay como hablar del surgimiento de la nación sin mencionar estos hechos.


Ambas ciudades tienen una fuerte connotación en el país y situaron a Uruguay en medio de la pugna de dos imperios que en tiempos de la conquista luchaban por hacerse con territorios en esta franja de América.


La definición de los límites de ambos determinó durante mucho tiempo la historia de las poblaciones del sur.


Frenar el avance de Portugal hizo que España afincara su presencia en la zona y por eso Buenos Aires y Montevideo están una frente a la otra en el estuario del río La plata, como fortalezas para frenar la línea de dominación de su rival.



Ese hecho y el que Lisboa trasladara la corte y el corazón del imperio hacia Brasil con la finalidad de ganar territorios en el sur, fomentaron la rebeldía de los uruguayos.


Justo este pequeño territorio que está en la parte más delgada del mapa no tenía interés en ser tema de Portugal, ni ser gobernado por España desde Buenos Aires, y mucho menos tener en la ecuación a Brasil.


Para ellos era imprescindible saberse independientes y desligarse de todo eso. Y por eso es que casi en paralelo, se lucha por la soberanía en varios frentes con la garra charrúa, esa frase que considera el compromiso con la causa y que es una constante en el deporte nacional.


A pesar de tener tres millones de habitantes, el país sudamericano tiene una forma muy particular de entender sus procesos y eso va desde la historia hasta el fútbol, donde se han mantenido en la élite mundial con garra, temperamento y empuje.


Uruguay es una nación pequeña, pero muy rica en contrastes y matices. Es conocida por tener buena calidad de vida, una rica cultura y fuerte tradición artística.


Se pobló con inmigrantes, especialmente europeos, por lo que muchas de sus ideas y cultura prevalecieron al realizarse el proceso de mestizaje. Posee uno de los crecimientos demográficos más bajos de la región.


El país se ha reinventado una y otra vez. Cuenta con un valor colonial realzado en su plaza histórica, el teatro Solís -de los más antiguos de América-, y el palacio Salvo, de estilo arquitectónico ecléctico.


Destaca por sus playas, su creciente enfoque en el turismo, el desarrollo sostenible, el deporte y por producir la mejor carne del mundo.


Su industria ganadera es un pilar económico con el mayor número de vacunos por habitantes del mundo. Aprovechando su clima y su recurso forrajero, produce alrededor de 550 mil toneladas de carne al año, de las cuales el 70 por ciento se exporta.


Su cultura de la parrilla y el asado también lo ubica como el primero en consumo de carne vacuna por persona y le otorga una distinción a nivel mundial en calidad y sabor.


Y con el disfrute de esa variedad culinaria, heredada de las tradiciones gauchas, nos despedimos aquel día de una ciudad tranquila y relajada, para ir hacia el origen, al lugar donde se fusionan los imperios, en la antigua Colonia del Sacramento.


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2 Comments


MANUEL GONZALEZ
MANUEL GONZALEZ
Jan 10

Una verdadera clase de historia, muy interesante como siempre

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estrehernandezfuentes
Dec 30, 2023

Un país magnifico , como siempre muy interesantes tus ideas acerca de las experiencias de tu viaje, brindándonos un interesante recorrido, a través, de la historia , cultura y costumbres de este hermoso lugar


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