Cruzar el Rhin y admirar los castillos erigidos sobre las colinas es un privilegio de la zona bávara, específicamente la región de Renania, como se conoce a las tierras ubicadas a ambos lados de ese río, que sirve de frontera natural a cuatro países europeos.
Se trata de una zona bucólica y romántica, pero además próspera y de las regiones industriales de mayor pujanza del oeste alemán, donde se cultivan viñedos e hicieron fortuna varias compañías fluviales.
El trayecto por el Rhin fue un paseo agradable y furtivo que permite contemplar un largo tramo de colinas salpicadas de castillos, pintorescas ciudades, localidades vinícolas y hasta una parte del sistema montañoso de media altitud, conocido como bosque bávaro.
Toda la región está declarada Patrimonio de la Humanidad y no es por gusto, porque se hace muy agradable explorar ese entorno desde un crucero por el río, que de forma apacible te lleva a vivir una experiencia tranquila y relajada.
La mayoría de ellos salen de Francfort, Colonia, y de los núcleos urbanos de la Renania del Norte, un estado lleno de relajantes paisajes y con un poderoso desarrollo de la industria a nivel mundial.
Crucé el Rhin, en dirección a la capital financiera de Francfort tras pasar por Colonia.
Fui de la ciudad de las fragancias al lugar donde fueron coronados los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, sin abandonar el río -de 1320 kilómetros de longitud-, el cual tiene unos 300 afluentes a partir de su nacimiento en la confederación helvética.
Se dice que hace miles de años sus cataratas propiciaron la formación de pueblitos típicos encima de las colinas. A la altura de cada castillo los feudales colocaban las llamadas aduanas, para obtener beneficios de los barcos que llegaban al lugar.
Hoy, la mayoría de esas fortalezas son propiedad del gobierno alemán.
Pero si un significado tuvo el paso por Alemania, fue la visita a Nuremberg, una ciudad del norte de Baviera, distinguida por su arquitectura medieval, con fortificaciones y torres de piedra, rodeada de edificios con techos rojos.
Famosa por las salchichas y las cervezas que por ley están obligadas a llevar componentes naturales y son más económicas que el agua, Nuremberg es una de las ciudades más visitadas del país.
La rodea una muralla medieval, del siglo XIV, con una construcción histórica en roca arenisca, donde está ubicado el castillo imperial, visitado por emperadores del sacro imperio, entre ellos Carlos V.
La fortificación le confiere un atractivo especial a su casco histórico y se levantó para garantizar la seguridad de la ciudad que en el período entre 1424 y 1796 custodiaba las reliquias, los símbolos y las joyas imperiales.
En torno a los barrios de San Sebaldo y San Lorenzo giran las calles del centro histórico, las cuales se van elevando en dirección al castillo, edificado a una altura de 352 metros sobre el nivel del mar.
Nuremberg pasó a formar parte de la zona bávara junto a otras ciudades como Múnich, Augsburgo, Ratisbona, Ingolstadt, Fürth y Wuzburgo, luego de su época de esplendor.
Pese a ser considerada el centro del renacimiento alemán durante los siglos XV y XVI, la lucha entre católicos y protestantes y los efectos de la II Guerra Mundial, la dejaron devastada.
La simbología especial de “ciudad tesoro” de Núremberg en la Edad Media fue aprovechada por el dictador alemán Adolf Hitler, quien la eligió como sede de congresos y desfiles del Partido Nazi presentándola ante el mundo como “la ciudad más alemana” de todo el país.
En la historia posterior, fue de las que sufrió las mayores destrucciones por los bombardeos de los Aliados durante la contienda bélica (entre 1943 y 1945) y su relevancia viene de ser el lugar donde se celebraron los famosos juicios contra los líderes alemanes capturados.
Por iniciativa de los aliados vencedores, en esos procesos se determinaron y sancionaron las responsabilidades de unos 24 líderes nazis, juzgados como criminales de guerra por un Tribunal militar Internacional.
En los Juicios de Núremberg también se juzgaron a médicos, juristas e industriales que apoyaron la política del nazismo.
Más allá de su historia hay que decir que es una de las ciudades más atractivas de Baviera con su Fuente Hermosa, un curioso y peculiar monumento que nadie se atrevió a destruir y que está ubicado en la Plaza del Mercado.
Se trata de una pila de agua octogonal de la que emerge una pirámide de piedra de casi 20 metros de altura y en la que aparecen unas 40 esculturas de gran simbolismo social, religioso.
Y con el recuerdo de esta joya histórica, bella y simbólica por demás, dejamos las tierras germanas para ir hacia Praga, la ciudad del reloj astronómico y el puente de Carlos.
A pesar de q parte de su historia contada hoy , está vinculada a tristes recuerdos, es un lugar lleno d riquesa natural y de bellezas historicas q nos llegan no sólo por un buen trabajo fotográfico q acompaña cada uno de tus trabajos , pero que sin tu hábil manera d contar y describir cada una d ellas sería imposible vivir cada momento de tus interesantes recorridos .
Sissita qué emocionante cruzar ese río y poder observar la formación de pueblitos encima de las colinas, pero las edificaciones de los castillos son impresionantes. La ciudad de Nuremberg es bella. Me encantó y sobretodo la pila octogonal dónde emerge esa pirámide tan bella y hermosa. Gracias por ilustrarnos cada semana!!!!.😘❤️
Sissita que construcciones más bellas y antiguas . Lugares muy hermosos !. Dios te permita seguir conociendo y compartiéndonos tus experiencias .
Hermosos lugares en Alemania mi sisi te felicito por compartir esto tan bonito con nosotros muy hermoso Gracias 🙏 en verdad