El cuaderno y mi viaje expansivo.

Un cuaderno viajero es algo que necesité de niña. Un libro en blanco donde plasmar mis momentos, mis primeros acercamientos y lo que me importaba del mundo.

Con los años, poder descubrir eso significó toda una aventura. Los coleccioné de todas las formas y colores. En cada viaje me hacía de uno donde poder honrar mi experiencia de vida y volcar mi pasión por entender.

Llegar a identificar dónde y de qué manera te sientes feliz, buscar y hacer lo que verdaderamente quieres, sacar la esencia, la luz y el protagonismo al mundo, es todo un ejercicio que marcó el rumbo de mi nuevo camino.

Decía el principito al aviador en mi cuento infantil que seguir nuestra pasión es la forma de asegurar nuestro futuro y esas lecciones, que tienen que ver con escuchar la voz de nuestra alma, son el faro y la guía de mi momento presente.

Recordarlas me permite reverenciar esa sabia vocecita que muy dentro de mí quería guiarme por senderos más ciertos y seguros, para que encontrara los tesoros que buscaba y diera alimento a mi vida.

Por un tiempo no le presté atención y me sentí perdida, vagando por sitios inhóspitos, enfrentada a la noche oscura del alma.

Tenía la misma confusión que el piloto de mi cuento, porque cuando estamos a mitad de la vida empezamos a darnos cuenta que aquellas cosas a las que le dábamos mucha importancia, realmente no son tan importantes, ni nos satisfacen.

Y entonces, decidimos hacer frente a las tormentas para entrar de lleno en la batalla de la vida. Dejas de vivir como los demás te dicen y le haces caso a ese llamado que todos tenemos de pequeños de hacer cosas extraordinarias y divertidas.

Este blog nació para explotar la verdadera pasión de esa niña que habita en mí, que estaba como agazapada en algún lugar, esperando poder completar su cuaderno.

Como un cálido abrazo a esos deseos que estuvieron por muchos años olvidados, esperando trascender.

Surge de la calidez y la contención para con la personita que todos llevamos dentro. Para rescatar su inocencia, ayudarle a sacar su guerrera y hacer que esta habite en espacios más espontáneos y relajados.

Que exprese sus opiniones con total libertad, aunque nadie las lea; que cuente sus vivencias en torno a los viajes, porque contar historias es su pasión de vida, y que manifieste eso genuino que cada cual tiene para brindar.

Todos somos personajes de un libreto escrito por circunstancias históricas, pero hay quienes renuncian a eso y hacen su primer intento de lanzarse al vacío, a depurar los miedos, a romper con la inercia del pasado y entregarse al libre albedrío.

Y eso habla de propósito de alma, de identificar el recurso que tienes para compartir y de volver luminosa la energía que a veces creemos que está fallida en nosotros.

Necesité ejercitar niveles de conciencia para llegar hasta aquí. También sanar lazos psicológicos y lograr independencia emocional para entender que todos tenemos dentro las llaves secretas para avanzar en nuestra meta de vida.

Y cuando entras en ese espacio de aceptación, te das permiso de cometer errores, de equivocarte, de fluir, de identificar los comandos que te manda Dios a través de tu alma, y hasta la oportunidad de explorar otras opciones, sin apegarte a un solo camino.

Partí en un viaje expansivo para descubrirme, para reencontrarme, para volverme un ser completo, con luces y sombras.

Terminé entendiendo que toda experiencia en la vida tiene un sentido y que cada uno es depositario de una herencia y portador de una misión.

Aprendí a develar mi propio enigma, a silenciar la voz del ego, de los traumas y los demonios internos que todos cargamos y alineé la energía con esa esencia que está en todas partes y que muchos llaman espíritu divino.

Creo venir de un linaje de aventureros, exploradores, emigrantes, gente que sale de lo conocido y que siempre está tratando de comprender, porque de otro modo no podría explicar mi existencia, ni ese deseo de buscarle un sentido a todo.

La lección de ese viaje es que la vida es caprichosa e incierta, pero también es un lienzo en blanco que te permite rediseñar tu realidad como la quieres vivir.

No importa si los demás opinan que debemos ocuparnos de cosas serias, o uno mismo llegue a pensar que no conecta sólo porque está en un desierto a mil millas de distancia, como el escenario de mi relato.

Convertirte en el héroe de tu historia y crear, con tus acciones, la más prodigiosa de las aventuras, siempre será parte de nuestra misión de vida. En mi caso, el poder trasladar las vivencias del camino, podría ayudar a otros a encontrar el suyo.