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Foto del escritorSissi Arencibia

El Camino de Santiago cambió las reglas del juego.


La primera de muchas reflexiones que tuve durante el trayecto a Santiago de Compostela fue la de permanecer con mis ojos abiertos para estar atenta a las señales y ser capaz de oír el silencio, porque en él, según un viejo proverbio, está la voz de Dios.


Allí la mente estaba en paz y eso ya de por sí cambió las reglas del juego, porque de las muchas batallas que libramos a lo largo de la vida, la más difícil es la de poner la mente en calma.


No hay territorio más angosto y minado que esa parte del ser, donde se desarrollan las capacidades intelectuales. Poder aquietarla y volverla más meditativa, me supuso un gran esfuerzo a lo largo de la vida.


La libertad de cualquier individuo empieza cuando logra vencer la batalla a la mente, porque ese proceso es el que te permite pensar como Dios quiere, alejado del ego ruidoso y enfocado en lo simple de la vida.


Desde que partí aquella mañana, supe que el trayecto desde Sarria a Portomarin sería mucho más que 22 kilómetros. Até los cordones de los zapatos y monté la mochila sobre la espalda, pero cuando di el primer paso consideré que el camino sería especial.


Tenía muchos años deseándolo. Cargaba ilusiones y esa primera etapa me llevaría a aterrizar los sueños. Así, con toda la actitud, me dispuse a enfrentar el sendero, luego de salir del punto inicial.


Sarria dista 114 kilómetros de Santiago. Está salpicada de iglesias de la época románica y es la localidad más elegida por los caminantes por ser un enclave estratégico que supone la distancia mínima para obtener la Compostela, documento que certifica el peregrinaje a pie.


Antiguamente en esas tierras señoreaban familias hidalgas, dueñas de pequeñas jurisdicciones. Desde 1543, la ruta fue el motor para la aparición de hospitales, ermitas, puentes y mesones en la villa española.


De entonces acá se fundó el hospital de Santo Antón para la atención de los peregrinos que volvían de Santiago, la iglesia de San Salvador y el Monasterio de la Magdalena, integrado a la orden agustina.



Al enfilar por el puente de Áspera, el camino se abrió ante mí como una senda de luz. Fue la oportunidad para sentir el gozo de saber cómo ganar las batallas internas. Tenía la mente libre, serena y con ella podía ver oportunidades nuevas.


Atraía pensamientos y visiones diferentes. Evocaba recuerdos selectos, justo los que quería traer a ese espacio lleno de confianza, fe y entrega.


Antes, la mente me jugaba malas pasadas. No me permitía ver en fe. La falta de certezas drenaba mi confianza en el Creador. Ahora era diferente. Podía seleccionar los recuerdos, tenía dominio sobre ellos.


Ya no me permitía evocar lo feo, sino lo que quería visualizar para mi futuro.


Ahora entendía que si estaba en ese camino es porque cambié mis paradigmas mentales, porque me alejé de los tiempos donde las restricciones y las personas te dictaban el siguiente paso a tomar. Ya no había discusión en lo que quería mi espíritu.


Y eso el corazón lo sabía. Hasta me asombraba creyéndole cualquier cosa a Dios. Había algo que guiaba mis pasos, una voluntad mayor y esa era la que marcaba el camino. Por eso caminando me sentí feliz, plena, llena de vida.



Esa primera jornada fue suave, sin muchos desniveles. Un recorrido cómodo, donde me adentré en la Galicia más profunda y me dejé atrapar por la belleza de castaños, robles, y hasta de los ríos y prados de ese lugar encantador.


Armada con el bastón de senderismo, sorteaba el trayecto, con un andar ligero y suelto. Encontré paz y con esa ligereza también proyectaba mi vida de acuerdo con una idea sana, clara, diáfana.


Era un camino hacia mí. De eso estaba segura. Ya no quería que mi esquema mental estuviera moldeado a la vieja vida, a la de atrás. Estaba atenta a lo que me revelaba en cada momento, a ese susurro que viene del interior.


Y de esa manera, con una extraña sensación de gozo, pasé por algunos pueblos españoles que quedan en la ruta.


Barbadelo y Ferreiros se revelaron como lugares de paso, pequeñas comarcas rurales donde viven no más de 300 habitantes y existen pequeñas parroquias.


A Barbadelo llegas tras salir de Sarria. Es uno de los enclaves con mayor resonancia jacobea del trazado gallego. Mencionado como paso de caminantes en las crónicas locales, era el sitio adonde venían los criados de los hosteleros a embaucar a los peregrinos y recomendarles posadas, para estafarlos luego.


Es un lugar pequeño y con algo de encanto, que suscita un especial interés por albergar uno de los templos más conocidos de la ruta: la iglesia románica de Santiago de Barbadelo, del siglo X, que destaca por su estructura y la singularidad de sus capiteles.


Ferreiros, por su parte, es una aldea que conserva restos románicos del siglo XII. Es una zona autóctona y de las más hermosas de la ruta.


Diversos manuscritos jacobeos destacan su importancia como lugar de herreros, fábrica de armaduras y utensilios para el abastecimiento de los peregrinos.



La jornada terminó en la villa que nació y creció al lado de un puente romano sobre el río Miño. Portomarín es la puerta de entrada a la Ribera Sacra y tiene una importancia histórica y monumental por su relación con el camino a Santiago de Compostela.


Su aire medieval y sus calles empedradas me acogieron aquella tarde después de vencer la primera etapa del trayecto, un camino que ya de por sí iba generando cambios, juntando experiencias y manifestando una esencia nueva.


74 visualizaciones5 comentarios

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5 Comments


Odalys Hernández Fuentes
Dec 14, 2023

Muy buena reflexión y una nueva

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estrehernandezfuentes
Nov 07, 2023

Aprecio mucho la increíble vivencia q nos estás compartiendo, solo con la fe y la entrega q pones a cada uno d tus propósitos logras como bien dices ganar tus batallas. Muy útil siempre la descripcion de todo el ambiente histórico q rodea tu experiencia.

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lesdysv
lesdysv
Nov 03, 2023

Mi como siempre tan hermoso todo lo que escribes y nos explicascasa detalle , y fue un enorme reto gracias comi siempre por llevarnos a ese camino

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yessicadalila
yessicadalila
Nov 03, 2023

Yo me quede en Barbadero es un lugar mágico donde encuentras paz y armonía. Hermosa reflexión!!!! te mando un abrazo habibi

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Joaquin Uscanga
Joaquin Uscanga
Nov 03, 2023

Que gran reto hicieron mi sisi y bueno ya ni se diga una hermosa experiencia los felicito mucho y como siempre gracias por compartir sus vivencias con todos nosotros

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