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Foto del escritorSissi Arencibia

Con el camino de Santiago abracé mi segundo viaje.


Hasta que entras en el segundo tramo del sendero de la vida, los cambios se suceden sin que seamos muy conscientes. Pero, cuando te sientes abrazando esa etapa, entonces decides vivir diferente. El espíritu se vuelve más liviano y albergas otro tipo de ilusión.


Ya no cargas pesadas mochilas, porque sabes que el paso por la vida es demasiado frágil; hasta fugaz, diría yo. Conectas con el placer de vivir, porque de alguna manera eres consciente que el peso emocional no te deja llegar y se te va la vida en el afán de complacer a todos.


Sientes de una buena vez que el bienestar está en tus manos. Y, entonces, decides marchar de forma placentera a lograr que esa sea la ley motiv de tu vida. Esta es la fase en que me encuentro hoy.


Desde que inició este año tuve claro dos cosas: el rumbo que debía tomar, porque esa decisión determinaba el curso del resto de mi vida, y el interés de hacer buena parte del Camino de Santiago de Compostela.

El peregrinaje a pie por la ruta conocida como camino francés daría el alimento espiritual que mi alma necesitaba para avanzar en esta nueva fase.


Era una especie de compromiso y un acto de fe, porque exigía andar con pie firme durante algunos días.


Armada con un bastón de senderismo y una mochila a la espalda, la ruta medieval sería el sello de un ciclo anterior, donde abracé mis partes rotas, identifiqué mi misión de vida y juré lealtad a este proyecto que me permite crecer, evolucionar y estar más en balance.


Ahora quería avanzar hacia la luz y hacerlo mientras brilla, porque ya era consciente que no dura para siempre. Quería disfrutar esta estación del viaje, porque, a pesar de los desafíos, me sentía plena y feliz.


La vida me había enseñado a matizar de otros tonos el barniz de mis días. Ahora era consciente que debía mirar todo lo que Dios había hecho conmigo. Recordar adónde me había traído, cuando me asaltaban el miedo y las dudas, en cada curva del camino.


Andaba en una fase donde había detectado que era amada por algo mucho más grande, por una fuerza prodigiosa que se manifestaba en todo y le daba sentido a mi vida.


Una verdad que no podía ver pero era igual a la fuerza de gravedad. Nunca la he visto, pero hay evidencia de que existe en cada momento.


Había aprendido una nueva forma de ser conmigo, a llevarme bien con esa parte de mí que antes se resistía, a regalarme momentos placenteros, a mostrarme tal cual soy.


Me volví segura y amé ese ser auténtico que se mostraba, como lo más extraordinario.


Y como era consciente de que las señales siguen al que cree y que la conexión divina puede venir del lugar más inesperado, el Camino de Santiago se reveló como la ocasión perfecta para abrazar el segundo viaje.


Sabía que serían días de agotamiento, de exigir la milla extra, pero también de encuentros emocionantes y reflexión espiritual. No faltarían los paisajes inolvidables y la posibilidad de pasar revista a mi vida.



Partiría desde Sarria, una villa medieval de mucho movimiento, recorrería unos 114 kilómetros de camino, hasta llegar finalmente a la catedral de Santiago de Compostela, en la ciudad española de Galicia.


Llegaría a la tumba de Santiago el Mayor, uno de los principales apóstoles y el primero de ellos en morir martirizado. Ese era el punto final de un conjunto de rutas de peregrinación cristiana que parten en su mayoría de los Pirineos occidentales, recorren España hasta llegar a la ciudad gallega.


Históricamente, el trayecto se ha conocido como Camino de las estrellas, ruta jacobea o Camino de Santiago, pero este último término es el que se utiliza para identificar los tramos de peregrinaje existentes en la actualidad.


Se trata de la ruta más antigua y concurrida del viejo continente. Santiago ha hecho un camino para llegar a Galicia y ese está plagado de panorámicas con gran riqueza monumental y variedad paisajística.


El de Santiago es un camino sembrado de numerosas manifestaciones de fe, fervor, arrepentimiento, hospitalidad, arte y cultura, que nos habla de manera elocuente de las raíces espirituales del viejo continente.


La peregrinación jacobea atrae a hombres y mujeres por igual.


La mayoría emprende el viaje por cuestiones espirituales, pero lo cierto es que desde su surgimiento en la Edad Media ha sido un notable lugar de encuentro e intercambio entre la población de Europa.


Cuando la idea agarró cuerpo en mi mente fue para abrazar el segundo viaje, ese trayecto donde la ligereza es tu fuerte y la sinceridad, tu escudo. Ese viaje donde es determinante la autenticidad y la disposición a aceptar quien eres, con tus luces y sombras.


Abrí mi corazón y mi espíritu ante aquel vasto sendero que se abrió en el horizonte.


Me dispuse a transitarlo atenta a las señales. Consciente y en paz, porque ese era otro regalo, otro momento de gracia después de algunas encrucijadas.


Atrás debían quedar de una vez los momentos donde se bifurcaron los caminos y debí decidir la dirección a tomar.


También el agobio y el peso del tiempo, de las cargas y el desequilibrio. Un proceso difícil y complicado, pero sin el cual no estaría hoy aquí.


Como todos, había transitado algunos senderos angostos, pero ya esos quedaban atrás para siempre frente a la vasta espesura que nos regala la naturaleza de España, donde inicié un camino de reencuentro que solo exigía no mirar atrás.




59 visualizaciones4 comentarios

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4 Yorum


MANUEL GONZALEZ
MANUEL GONZALEZ
23 Eki 2023

Vale la Pena cualquier sacrificio para difrutar de esa naturaleza y de tanto Placer espiritual, incluso las ampollas

Beğen

estrehernandezfuentes
20 Eki 2023

Está ha sido una experiecia q te ha llevado a explorar y participar con mucha satisfacción en una antigua y bonita tradición q lograste con muchísimo esfuerzo físico ,voluntad y fe en tus deseos de reafirmar tu fortaleza espiritual

Düzenlendi
Beğen

Joaquin Uscanga
Joaquin Uscanga
20 Eki 2023

La verdad que gran reto personal hicieron los felicito y bueno emociónate a la vez gracias por compartir con nosotros que Dios los bendiga siempre y bueno a esperar la próxima aventura que me imagino ya tendrás en mente mi sisi te mando un abrazo muy grande

Beğen

aidafuentes1942
aidafuentes1942
19 Eki 2023

Qué hermosa descripción de ese camino y qué bueno que te permitió a la vez no mirar atrás, porque a pesar de ser tormentoso y agotador y caminar la milla extra te permitió ver la vida ahora de otra manera. Me fascinó leerlo y saber como piensas.

Adelante Sissita. Felicidades!!!!!

Beğen
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