top of page
Foto del escritorSissi Arencibia

Buscando el mar, trás los restos del Vesubio.


Además del deleite que provoca la brisa del mar, lo más trascendente de adentrarnos en la región italiana de la Campania, es constatar los misterios del Vesubio, un volcán activo, peligroso y el pico más sobresaliente de la Bahía Napolitana.


Con un diámetro de 750 metros y una dimensión de mil 300 metros, el Vesubio ha despertado 52 veces, la primera de las cuales provocó la destrucción de Herculano y Pompeya, tras el arrastre de 25 m de lava caliente desprendida por su cráter en el año 79 d.c.


Aunque en permanente restauración, allí están los restos de aquel entonces, cuando la erupción asfixió con sus gases tóxicos a los habitantes de las villas romanas.


La primera, considerada un balneario para las élites cultas de entonces y la segunda, representativa de todo lo mundano de la época. Sus teatros, foros, termas, mercados, tabernas y prostíbulos quedaron sellados tras aquella erupción letal.


El paseo por Pompeya constituye una de las experiencias más conmovedoras del recorrido, pues te permite desplazarte en el tiempo.


A los pies del Vesubio viven hoy un millón de personas, cuyo sustento proviene de la agricultura. La ciudad de Nápoles se desarrolla entre cinco colinas y es la tercera en extensión de la República Italiana.


La capital de la Campania tiene el encanto de su paseo marítimo, con el volcán asomando.


Es famosa por su calidez, por ser rica en sabores, por su pizza y por tener una historia milenaria de alternancia de reinos y dominaciones, que la marcó profundamente.


El aroma del mar, la comida, sus maravillas artísticas y el costumbrismo napolitano hacen que este rincón del sur del país concentre la más pura esencia italiana.



Nápoles fue fundada por los griegos y más tarde poblada y gobernada por romanos, bizantinos, normandos, franceses y españoles. Tiene un patrimonio arqueológico, artístico y cultural apabullante y toda esa huella está allí.


Su segundo atractivo es la impresionante vista que se adquiere desde Capri, una isla calcárea de célebre belleza, localizada en el Mar Tirreno, en el lado sur del Golfo de Nápoles.


Formada en épocas prehistóricas y con un perímetro aproximado de 17 kilómetros, fue la isla predilecta del emperador romano Octavio Augusto y también de Tiberio, su sucesor, quien la convirtió en su centro de operaciones por espacio de 11 años.


Capri está frente a la península Sorrentina y es un destino turístico de lujo, con gran afluencia de italianos y extranjeros. Aunque su piazzeta conserva una arquitectura urbana, está llena de tiendas lujosas, restaurantes caros y hoteles legendarios.


Antiguamente sus farallones se usaron para iluminar la navegación y se le recuerda como un sitio de retiro adonde los romanos iban de vacaciones.


Allí están los jardines de Augusto y se puede degustar el limoncello, un licor típico de Italia que se consume frío y se obtiene por la maceración en alcohol de limones cultivados en la Campania.


Sus miradores son espectaculares. Son como balcones que se asoman al Mediterráneo. Es todo un descubrimiento asomarse a ellos.


El paisaje de altos peñascos, pinares frondosos y amplios horizontes es muy sobrecogedor. Los paseos, el silencio y los atardeceres que ofrece Capri ayudan a entender por qué era la preferida de emperadores antiguos y de celebridades modernas.


Nápoles alberga un mundo de islas coloridas a lo largo de su zona costera, pero yo me marché de ella con la vista puesta en la esplendorosa Capri, llena de encanto y luz, una isla ubicada en la cima de una montaña y con formaciones rocosas que salen del mar.

Después de saturar la mente durante 10 días con tantos lugares de arte e historia, nada mejor que este paisaje natural para abandonar Italia.


Esa vista, como todo el viaje, estaba llena de buenos recuerdos y son esos momentos, llevados y traídos de los libros a la realidad, de la mente al papel, los que te permiten dar cuerpo a una memoria de viaje, con la que inició hace muchos años mi bitácora personal.




80 visualizaciones1 comentario

1 Comment


estrehernandezfuentes
Mar 22

Siempre sencilla ,profesional y aportadora de conocimientos,la forma en q narras cada una de tus visitas a lugares y monumentos q guardan una riqueza histórica o una gran belleza, como lo es "Pompella".Agradecida por la dedicación y el empeño en la calidad q logras ,en cada una de tus publicaciones.

Edited
Like
bottom of page