Bordeando el Egeo para encontrarnos con la historia.
- Sissi Arencibia
- 9 feb 2023
- 3 Min. de lectura

Con el recuerdo de aquellos balones de todos colores ascendiendo por entre las colinas, seguí rumbo a los tranquilos pueblitos que bordean el Egeo, esa parte del Mediterráneo que baña por igual ciudades turcas y griegas.
Acercarme a las ruinas de Efeso, Pérgamo y Troya complementó mi viaje, porque esos reinos helenísticos tienen siglos de historia y en ellos estuvieron las maravillas del mundo antiguo.
En Efeso estuvo el templo dedicado a la Diosa Artemisa y están hoy los vestigios del templo de Adriano, de la Biblioteca de Celso (lo más cerca a la imagen de una biblioteca de aquellos tiempos) y del teatro, todos del Siglo I de nuestra era.

Dicen que desde esta tierra el apóstol Pablo llevó a cabo su ministerio más extenso y evangelizó buena parte de Asia. Sus primeros pobladores pertenecen a una invasión de pueblos procedentes del mar que vinieron tras los seguidores de Jesús.
Unas siete comunidades cristianas se formaron en esta ciudad de la antigua región de Jonia, que sobresale por ser junto a Nicea donde se organizaron los concilios para decidir la liturgia cristiana.
Con un paisaje dominado por olivos, granadas y algodón, Efeso trasciende por sus fábricas de textiles y la producción de abrigos de piel. Un 40 por ciento de la producción mundial de cuero proviene de esta parte del país.

Las termas de Pamukkale son una de las mayores atracciones del país. Son conocidas por los turcos como castillo de algodón, ya que este capricho natural tiene su origen en los movimientos tectónicos ocurridos en la depresión de la falla de la cuenca.
Dicen que como consecuencia de ello brotaron las aguas termales con un alto contenido en creta, una roca sedimentaria blanca que da el color característico a la zona al precipitar.

Estas piscinas naturales, que forman parte del patrimonio mundial, eran explotadas por los romanos desde el año 180 antes de cristo.
En una de ellas, localizada en las ruinas de la antigua ciudad griega de Hierápolis, se bañaba Cleopatra.
Pamukkale es una zona natural y al mismo tiempo una famosa atracción turística, ubicada en el valle del río Menderes.

Pérgamo fue el sitio donde se levantó el altar a Zeus, un edificio grandioso construido en el siglo II antes de cristo. Su nombre significa templo de la colina y fue de las conquistas importantes de Anatolia en tiempos de Alejandro Magno.
Es relevante por ser el sitio donde radicó el primer hospital de Asia Menor. Sus ruinas hablan de algo parecido a un centro terapéutico, frecuentado en aquellos tiempos por las propiedades de las aguas, a la cual se le ponían todo tipo de medicamentos y esencias.

Allí está el símbolo de los galenos: el palo de esculapio y un bastón con unas serpientes, pero también la zona huele a olivos, porque en ella se cosecha y se prensa la oliva para la cosmética y la alimentación.
El siguiente destino contaba con una posición estratégica. Justo en la provincia de Canakkale, en el estrecho de los Dardanelos, se ubica Troya, la famosa ciudad de la historia que evoca el nombre poético de la Ilíada de Homero.
Marcada por un paisaje con las montañas más oxigenadas de la zona, por su favorable conexión con el mar, en ella se desarrolló la mítica guerra que se describe en el poema
épico de los griegos.

Tras siglos de olvido, las ruinas de Troya fueron descubiertas en excavaciones realizadas el siglo XIX, pero son esenciales para entender la evolución de la civilización europea en sus primeras etapas.
Y ya más al norte, el trayecto culmina en Bursa, donde se divisa la montaña majestuosa de dos mil 300 metros de altura que en aquella época se llamó Olimpo, donde vivían los dioses del panteón griego en la mitología de los antiguos.

Considerada la primera capital del Imperio Otomano entre 1326 y 1364, es hoy por hoy la capital textil de Turquía. Su importancia nace del interés de los otomanos por controlar la ruta de la seda, para lo cual trajeron a maestros persas que les enseñaran como producir seda con mayor calidad.
Desde sus orígenes, la nación se considera guerrera, debido al auge y la sed de dominio del Imperio.
Turquía es un país muy representativo. No solo está entre los diez de mayor exportación agrícola a nivel mundial, sino que en él se trabaja el acero y el aluminio y el bloque de motor de los porches de gran prestigio.
Es relevante por los trabajos de orfebrería y joyería derivados de las minas de oro y plata que hay en la región. Y si a eso le sumas la historia de todos esos pueblitos bordeando el Egeo, estamos frente a una nación con un atractivo al completo.

Muy bueno e interesante relato, como siempre.
Que bellos lugares e interesantes . No conocía la historia . Gracias por trasmitirla Sissita de una forma tan explicita . Que Dios te siga bendiciendo con tus viajes ..
Cuánta historia hay en estos bellos parajes. Me encanta leer cada semana tus instructivas experiencias.
Me alegra muchísimo que puedas disfrutar de lo que siempre te ha gustado. Bendiciones!!!!❤️
❤️❤️❤️
Cuántos relatos llenos de bonitas descripciones q nos ponen ante nuestra mirada un mundo del q siempre queremos saber más , sin dudas compartirnos tus experiencias por el paso de estos impresionantes lugares , nos aportan una enseñanza más amplia de éstas culturas llenas d arte,e interesantes historias .