Cuando reflexionas sobre tus pasos de forma consciente reconoces el momento en que estás lista para emprender el segundo viaje. Valoras esa nueva etapa que se abre ante ti y que no tiene mucho que ver con la que transcurrió, porque en ella hay otros estímulos, otras prioridades y un toque más elevado de sentido común.
Tu cuerpo se oxigena cuando avanzas hacia ese otro tramo del camino donde hay un propósito definido y claro, y hasta una nueva sabiduría que te lleva a identificarlo, cuando se hace presente.
Renovada, clara y consciente, en ese punto me encuentro yo. En esa curva del trayecto donde empiezas a ver la vida tal cual es. Justo en esa inflexión de quien arribó a los 50 años y espera que los venideros cuenten la historia de una vida bien vivida.
Y eso supone entender que para estar ahí pasaste los rigores del proceso, sorteaste las tormentas de la vida, aprendiste a sacar lo relevante de todo lo que te ocurrió y, además, tienes la valentía de mostrarlo. Cualquiera que haya llegado a este punto, convendrá conmigo en que hay una cierta cantidad de tiempo para cumplir lo que nos resta y que sea lo que sea que tengamos por delante, ya nadie decidirá por nosotros.
Una vez que has llegado a esta etapa quieres ser más auténtico y más práctico. Te das el permiso para elegir las batallas que quieres pelear y enfrentas la madurez con valentía, porque justo ese viaje se emprende con un nuevo sentido de quién eres. No por gusto han pasado años, has pasado crisis, momentos de quiebre y has resultado herido por mucha gente. Pero todo eso te hizo ganar equilibrio, estabilidad, fortaleza y pulió el carácter para entender el proceso.
Contrario a lo que hacía antes, ahora valoro la salud y la paz como lo que realmente importa, cuido mi campo energético y trato de dejar a un lado las cosas irrelevantes para concentrarme en aquello que me llevará a otras dimensiones.
Cuando, como yo, te haces consciente de todo eso, es que inició el segundo viaje y en ese ya no cargas con mochilas pesadas, ni con el peso de las tradiciones, ni con legados familiares y para nada te importan las convenciones sociales.
Hay un nuevo llamado, como suele decir un mentor y seminarista que escucho a diario y que me hace reír y gritar amén a todos pasos. Un nuevo camino, donde la ligereza es tu fuerte y la sinceridad, tu escudo.
Y en ese viaje es determinante la disposición a aceptar quién eres, con tus luces y sombras, porque como él enfatiza, el ser sincero es una mercadería valiosa, que no abunda en el mundo.
Eso es lo que nos lleva a cuestionarnos dónde estamos parados, a poner fin a aquello que no somos, a reflexionar sobre la solidez de nuestras bases, sobre los patrones personales y los que se repiten por inercia y, por sobre todas las cosas, a descubrir el fariseo que cada uno lleva en su interior.
Vivir en la sabiduría del segundo viaje, es justamente eso. Tratar con gente inconverxa, pensar distinto, dejar de esconder las emociones y echar a un lado la compulsiva autoevaluación moralista que hace que nos sintamos que es imposible ser amados por Dios.
Es una etapa donde cambian las reglas del juego. Nace una nueva compasión, cambia la frecuencia, el propósito, y las perspectivas.
Dicen que la vida es un guion encerrado entre dos fechas. Es el espacio vital entre dos referentes, que marcan la trayectoria del nacimiento a la muerte.
Escuchar esa frase me pareció genial, porque siempre será la manera en que llenemos esos espacios en blanco, en cómo vivamos el intervalo que ocupa ese guion lo que hará de ella algo digno de hacer notar.
Cuando pienso en mi vida, me siento feliz de decir que ese espacio lo ocupan las gracias de mi mundo, mis grandes amores, la pasión por los libros, la seducción por los viajes, las memorias que escribo y aquellos recortes que voy coleccionando, sin importar el tiempo que me ha llevado juntarlos.
Son las cosas que he hecho, lo que he sido, los sitios visitados, los momentos disfrutados, los instantes compartidos y las cosas buenas o malas que me han sucedido, las que terminarán engarzando mi existencia.
Lo que define es la calidad con la que hayamos vivido y sabido llenar esos espacios que quedan grabados en piedra al término de la vida, porque de otro modo viviríamos o llegaríamos al final de ella sintiéndonos incompletos.
Independientemente de cómo lo hagamos los resultados van a conducir al mismo lugar, a la segunda fecha, a nuestra salida del tiempo. Y de eso tenemos verdadera conciencia en el segundo viaje, donde valoramos los pequeños detalles.
Todos coinciden en afirmar que en la estación final rara vez alguien se arrepiente por lo que hizo, la mayoría lo hace por todo lo que no hizo. De ahí que necesitamos valorar la manera de vivir, aprovechando al máximo cada momento.
Justo porque ya decidí vivir con intención, hoy me centro en tener un camino claro, con metas cortas pero seguras, donde haya cada vez mayor espacio a la diversión, el placer, el disfrute, la alegría y el servicio.
Tenemos el don de determinar cómo vamos a usar nuestra vida y lo que sé es que no la podemos dejar en manos ajenas. Cada segundo debe ser cuidadosamente saboreado, cada hora debe ser bien gestionada.
Y, a medida que se nos va acabando el carretel y nos volvemos un poquito más sabios, necesitamos aprender a perder el peso del mundo, porque la liberación de esas cargas hará que la carrera que tenemos por delante sea corrida con energía, deleite y sobretodo, con un semblante de paz.
Y una cosa más: en ese ejercicio, de elecciones y prioridades, yo siempre seré de quienes hacen que la vida pase y no de quienes se sientan a verla pasar. Eso es estar listo.
Lo que hoy disfrutas física y espirituamente no todos las personas llegan a lograrlo ,no siempre hay la capacidad para apartar lo negativo , lo dañino de nuestro camino;tú lo has logrado con tu fuerte energía , con tus esfuerzos ,con tu inmensa fe y con mucho amor x las cosas q realmente son importantes para ti,hay q estar listos en todos los sentidos como bien dices,para con mucha sabiduría encontrar una de las cosas más importantes para vivir q es la paz de conciencia y del corazón.
Sissita cuánto gusto me dió leer estás vivencias en las que has aprendido a valorar la vida tal como es. A dejar atrás las convenciones sociales y tomar tus propias decisiones, no cargar con mochilas pesadas. Eso me gusta. Y sobretodo saber que eres feliz y estás lista para los próximos pasos. Disfruta la vida tal como la describes. Me encantó. Volveré a leerlo otras veces para aprender de ti
Mi sisi como siempre tan interesante todo lo que escribes , disfruto tanto lo que escribes y ansiosa, como siempre esperando cada semana excelente gracias
Gracias mi sisi por compartir sabias vivencias muy bonito y te felicito también por mirar la vida de una manera muy sabia y hermosa Mente