En el camino logré conversar con mi alma.
Cuando abrazas el cambio, el universo escucha tu frecuencia.
En ocasiones me acuerdo del gato de Alicia.
Los códigos luminosos de Sirio llegaron a mí.
Mis registros estaban alineados con el mapa de mis sueños.
Metiste música en nuestro corazón y ahí quedó atrapada.
Aferrarme a un propósito me arropó como una manta cálida.
Escribir es esa hebra que teje historias y ayudó a conquistar mi reino.
La Coruña me conectó a una memoria que está en mi raíz.
Aprendiendo a perder el peso del mundo.
Las heridas te capacitan para el servicio.
En andas con mi farolillo y los aprendizajes del camino.
Cuando descubres la ruta, encuentras tu propia luz.
Los viajeros somos rompecabezas incompletos.
El mapa siempre estuvo entre mis manos.
El descanso del guerrero: una aventura solitaria y silenciosa.
Basta con solo girar la manija para traspasar los umbrales.
El cuaderno y mi viaje expansivo.
Un libro, la curiosidad de un hijo y el valor de los sueños.
Cada deseo es una intención y puede crear milagros.